Noticia publicada con anterioridad en la web de Juntas Emprendemos (edición Bilbao).
Después de la edición del año pasado teníamos un tema pendiente: cuestionar cómo y de qué manera integrar algunos aspectos de la economía feminista en la práctica de emprender por mujeres. Si entendemos el emprendizaje como una actividad económica que nos permita tener bienestar y sostenibilidad, es necesario integrar aquellas acciones que pongan la vida en el centro de nuestros proyectos emprendedores. Especialmente cuando es el propio sistema el que nos imposibilita tener una vida digna y genera desigual por cuestiones de género. No podemos permitirnos replicar o asumir ciertas prácticas que nos lleven a una situación todavía más desfavorable. Habrá que ser hábiles y estar despiertas, unidas y activas para componer colectivamente una especie de manual sobre las buenas prácticas que aseguren un emprendizaje femenino transformador. Tener cierta ambición, osadía y atrevimiento, para ser nosotras quienes decidamos cómo y de qué manera queremos emprender. Y esta intensa tarea será más probable según mezclemos la práctica con la teoría y el debate.
Es necesario y urgente pensar en algunas cuestiones que emergen de voces que plantean el emprendizaje como un camino de “vida propia”, en el que toda la parte de cuidados y economía reproductiva vuelve a quedar sumergida debajo del iceberg. ¿Cómo compaginar el sostenimiento de la vida y los cuidados con las exigencias de horarios, disponibilidad y flexibilidad que el emprendizaje requiere? ¿Cual es el máximo de cuidados que una mujer emprendedora puede absorber? ¿Quién/es asumen esos cuidados que una mujer emprendedora deja de hacer? ¿Qué red de cuidados informal es necesario tener? ¿Cómo avanzar en el emprendizaje femenino integrando vidas y cuidados sin caer en la multitarea, precariedad y autoexplotación propia? ¿Qué factores hay que meter o sacar de la ecuación?
Probablemente no logremos tener unas respuestas claras e instantáneas o una guía práctica de cómo hacerlo, pero será más fácil si nos ponemos a ello cuanto antes. Nosotras, para abordar esta tarea hemos contado con el conocimiento y facilitación de Irati Mogollón y Ana Fernández, dos investigadoras que conforman Legamiak, desde donde están generando investigaciones tan interesantes como “Arquitecturas del Cuidado” o un módulo de formación sobre economía feminista en colectivos que está siendo testado en Wikitoki. Con ellas hemos diseñado y desarrollado una de las 15 sesiones bajo el título “Emprendizaje y economía feminista”, con el objetivo de visibilizar los trabajos no remunerados y los cuidados necesarios para la vida y tratar de aportar algunas luces la cuestión clave ¿Cómo se integra todo esto en la micro-práctica de emprender?. Si el tema te interesa, te aconsejamos que sigas leyendo.
Resituarse con la economía feminista
Bien sea desde la economía feminista, la economía ecológica, la economía del bien común, la economía social y solidaria, hay una intención y objetivo claro de poner la vida y las personas en el centro y no el capital. Autoras como Amaia Peréz Orozco o Yayo Herrero han escrito, investigado y sensibilizado acerca de la economía feminista, con lo que nos han facilitado mucho el camino. Ahora tenemos el reto de detectar y desarrollar la economía feminista a través de nuestras prácticas, vidas y rutinas diarias. Rescatemos de forma muy breve algunos puntos que la economía feminista nos aporta, de forma que que nos ayuden a situarnos:
- La economía feminista ha mostrado que más del 50% de todo el trabajo humano no es remunerado y por lo tanto, no se registra en el PIB. Si se contabilizara este trabajo invisible, resultaría que cerca de los 2/3 de la riqueza estaría creada por las mujeres.
- El origen de todo esto es el no reconocimiento por parte del sistema económico dominante de actividades cotidianas de vida, reproductivas, afectivas y de cuidados. No se considera trabajo como tal, ni se contabiliza y la mayoría de las veces recae sobre las mujeres, aunque no exclusivamente. Sólo se reconocen aquellas actividades que se monetizan. Son trabajos que están fuera del espectro político.
- El Estado del Bienestar cubre la parte visible del iceberg. Sí se contabilizan los tratamientos y las curas que se realizan en un centro hospitalario. No se contabilizan los cuidados intensivos que una persona enferma requiere una vez que sale del hospital.
- Conflicto mujer-dinero-poder-liderazgo. Son roles poco habitados por las mujeres, con lo que se está poco acostumbrada y tratarlos provoca incomodidad:
- Mujer-poder. Si lo tienes, hay muchas probabilidades de que se te (des)califique como una “arpía”.
- Mujer-dinero. Dificultad de poner precio/valor por lo que haces ¿Cuántas veces trabajas o has trabajado gratis?
- Mujer-liderazgo. Dejar que otras personas representen o visibilicen el trabajo que tú has realizado.
- Estos conflictos, de manera directa o indirecta, han provocado, como si fuera un mal extendido, la autonegación de/hacia una misma ¿Cómo ser capaces de invertir esta situación?
Identificarse y tomar conciencia de los roles feminizados
Aterrizando en la práctica y desde la vivencia de una misma, hay que identificar esos roles que incorporan muchas de las prácticas femeninas cotidianas, que nos sirven para personalizar, ejemplificar y sobre todo visibilizar. Ser conscientes en una primera fase para, en una segunda, decidir cuales podemos mantener, abandonar o modificar en nuestro rol de emprendedoras autónomas. Las chicas de Legamiak nos trajeron un divertido juego para que las 15 protagonistas identificaran los roles que integran actividades que realizan, el valor de las mismas, su coste monetario, las habilidades que tienen/requieren y el peso que tienen en el sostenimiento de nuestras vidas. Aquí abajo te dejamos algunas notas sobre los roles que fueron desdibujados, pero puedes probar a hacer un esquema o retrato robot del tuyo y responderte a esta pregunta ¿Qué pasaría si estas actividades no se realizaran?
Multimothers
- Madre y padre a la vez.
- Capacidad de gestión, coordinación, toma de decisiones y visión periférica. Iniciativa, eficiencia, paciencia, creatividad, decisión y ¡preciosa sonrisa!
- Trabajan dentro y fuera de casa.
- Dificultades: falta de autocuidado, falta de tiempo, estar en todo, presión del entorno (familia, horarios, salario, sociedad,…).
Masteresas de la precariedad
- Forradas de másters y títulos.
- Saben buscarse la vida en precario, realizan cursillos sin parar, trabajan en negro, realizan voluntariado.
- Son multitarea, tienen paciencia, optimismo y altas dosis de tolerancia.
- Dificultades: sin reconocimiento social y económico, frustración, altibajos, demasiada autoexigencia, insatisfacción.
Amiga psicóloga
- Ofrece gratis apoyo emocional, aconseja, cede espacio y tiempo (el coste de mercado se sitúa entre 50 y 100€/hora).
- Altos niveles de escucha, comprensión y empatía.
- Dificultades: cargar con problemas ajenos, olvidarse de una misma, no recibir reciprocidad.
Disborders
- Camaleónicas, flexibles y con capacidades varias.
- Lideran, ejecutan y motivan al resto al mismo tiempo.
- Nunca se escaquean ni echan marrones a las demás.
- LLevan las ideas más allá ¡porque no tienen Borders!
- Les falta tiempo.
Las llego-a-todo
- Comienzan el día planificando. Gestionan, varían y cambian la agenda a tiempo real y en función de las necesidades de otras personas a quienes proporcionan cuidados y tiempo.
- Realizan todas las tareas de su hogar y a veces la de otros (familiares, enfermos,..). Dedican tiempo a sus proyectos profesionales, a las relaciones sociales y se apuntan a todos los cursos que consideran les puede ofrecer un futuro mejor.
- Dificultades: falta de tiempo para sí mismas, cansancio, boikot, ansiedad.
Pensar en cómo incluir las abundancias disponibles en nuestro proyecto de emprendizaje
Si el sistema es corto de miras y sólo tiene en cuenta las actividades productivas, nosotras debemos ir más lejos e integrar todas aquellas actividades que están bajo la línea de flotación del iceberg. Nos referimos a todas esas actividades, relaciones y elementos que son necesarios para el sostenimiento de la vida. Es fundamental tener en cuenta que en muchas ocasiones, es gracias a estas abundancias por las que podemos llevar a cabo nuestro proyecto emprendedor. Son los afectos, los cuidados, la confianza, la reciprocidad, el vecindario, etc. Se trata entonces de bajar la línea de flotación y verlo todo como un circuito interconectado. Integrar esta nueva línea de flotación que separa lo productivo de lo reproductivo desde el momento que se identifica el modelo de negocio o la estrategia del proyecto.
Sin entrar en un estudio profundo que el tema requeriría, en esta sesión vislumbramos colectivamente algunas pautas que bien pueden servir de flotadores, para comenzar o continuar en tu camino de emprendedora.
Ponerse en valor
- Sed conscientes de vuestras capacidades, sacad todas vuestras potencialidades, interiorizadlas, visibilizadlas y ponedlas en juego. Son vuestras y nadie os las puede negar o arrebatar. Quién mejor que vosotras para hacer el inventario de lo que tenéis. Seguro que son más de las que en un principio habíais imaginado.
- Toda actividad que realicéis, tanto productiva como reproductiva, tiene un valor, que no es exactamente un “precio”. Decidid y valorad cuáles hacéis, qué tiempo dedicáis, cómo y por qué las hacéis. No se trata de obsesionarse con una contabilización excesiva sino que es una manera de saber dónde está vuestra propia línea de flotación. Y no descartéis el decir “no” de manera asertiva.
- El liderazgo está en vuestras manos y recordad algunas ventajas de ser “tu propia jefa” que algunas compañeras han identificado: libertad de autogestión del tiempo, flexibilidad, tomar tus propias decisiones (horarios, límites, modos), no sufrir abusos de poder, crear y experimentar, cuidar a tus hijos/as sin miedo a que te echen del trabajo, ponerse un sueldo digno, crear en función de los ritmos vitales, satisfacción, etc.
Integrar y visibilizar los cuidados
- Buscar fórmulas originales para integrar diferentes prácticas de vida, respetando más allá de las bajas por cuidados, bajas por activismo, desconexión, depresión, menstruación,.. Es el trabajo el que ha de respetar vuestras vidas y no al revés. ¿Cómo encajar esto en el Canvas, la planificación o en los propios costes de nuestros servicios?
- Hacer visibles los trabajos invisibles, integrar las necesidades tanto individuales como colectivas y generar estructuras horizontales. En el caso de empresas o proyectos colectivos y mixtos, asegurarse una participación igualitaria y visibilizar las diferencias de poder.
Los cuidados como nicho de mercado
- Existe la posibilidad de formular y poner en marcha micro-empresas de servicios que dignifiquen el trabajo de los cuidados. Esto se traducirá en una mejor atención a las propias personas “cuidadas” y una mayor calidad del servicio. Cuidarse para cuidar a otras.
- Permitirá sacar de la precariedad a muchas de las personas trabajadoras en el ámbito de los cuidados. Autoprotección de la vulnerabilidad ante situaciones de migraciones, conciliación o baja.
- Visibilizar y mejorar los derechos laborales y sociales de estos colectivos.
Redes de apoyo mutuo
- En muchas ocasiones las redes de apoyo mutuo pueden ser decisivas para llevar a cabo un proyecto o no. Especialmente importantes en proyectos con un alto impacto social o que nacen de las necesidades de un colectivo-comunidad concreta. Algunos proyectos que se están gestando en JuntasEmprendemos son posibles y se sostienen gracias a estas redes de economía alternativa, doméstica, colectiva y entre iguales.
- Las abundancias engloban desde las prácticas más racionales hasta las más emocionales; implican a personas con las que tenemos fuertes vínculos o a otras a quienes conocemos. Hablamos de: generosidad y confianza de todas las personas implicadas, valoración más allá de lo monetario, creatividad e innovación, tiempo que tu no tienes, experiencias de otra emprendedora sobre cómo declarar el IVA; red de activistas y personas concienciadas, amigas que escuchan; pareja que te entiende y apoya, visibilidad y reconocimiento que aportan al proyecto, conexión con el entorno, un trozo de pastel de manzana en un día de bajón, una prima que acude a buscar a tu hijo a la escuela, un espacio amplio que te cede la asociación de tu barrio, etc.
Trabajo en colectivo
- Permite ampliar capacidades de forma exponencial, complementarse y llegar más lejos. Las abundancias se multiplican cuando trabajamos en colectivo y entre iguales: confianza, nuevas ideas y conocimientos, reciprocidad, apoyo y comprensión, compatibilidades, satisfacción, ausencia de jerarquías (¡que no de responsabilidades!), reparto de roles y tareas, etc.
- Es una manera de minimizar los riesgos, aporta una mayor seguridad ante el salto al vacío.
- ¡Sola no puedes, con amigas si! Si hablamos de transformación social, económica y cultural para que el emprendizaje femenino no se convierta en una trampa, será necesario articular una red de opinión, debate y realización de propuestas directamente a las agendas políticas. Será más viable si sois cuantas más mejor. Reivindicad qué rol, qué papel, qué derechos y compromisos se adquieren desde el colectivo de mujeres emprendedoras.
También será necesario ¡hablar de los límites!
- Sin extendernos demasiado, ya que el tema daría para varios posts, es muy necesario tratar de identificar aquellos límites sobre estas abundancias que se generan bajo la línea de flotación y que incorporamos a nuestro proyecto. Especialmente cuando pensamos en el trabajo colectivo y las redes de apoyo mutuo.
- Límites que se refieren a: tiempo que dedicamos en el proyecto nosotras y nuestras pares (amigas, socias, familia, pareja,…), no despistarse ante los cuidados de una misma, las propias condiciones laborales que establecemos para nosotras u otras personas a quienes implicamos, ausencias y bajas, etc.
Y bien, por nuestra parte hemos identificado estos flotadores y barreras. Pero sabemos que esta tímida exposición del tema puede enriquecerse mucho con tus prácticas, comentarios, perspectivas, investigaciones. Así que, ¡Mujer, hombre, aliada o colibrí no dudéis en contactarnos y enviadnoslas!