Cuando atravesamos momentos complicados, tener a alguien que nos escuche abiertamente sin juzgarnos, sin que acapare la responsabilidad, ni quiera cambiarte es algo maravilloso. Momentos difíciles como un conflicto con un cliente, un problema de comunicación con alguna compañera, acumulación de tensiones, bloqueos creativos… pueden ser superados cuando los compartes de manera eficiente con la persona más adecuada de tu red.
El Diván Afectuoso es una herramienta para verbalizar, compartir, liberarse y dar espacio a situaciones que nos incomodan, preocupan o están siendo dañinas. Resulta sorprendente ver que algo que parecía no tener solución, la tiene cuando hay alguien que nos escucha. Para ello, es de vital importancia encontrar a esa persona que nos comprenda y nos apoye. El Diván Afectuoso te ayudará a planificar bien cómo, cuándo y con quién vamos a tener esa conversación de desahogo, de compartir experiencia y tantear salidas o soluciones. Se aconseja ser igualmente afectuosa a la hora de solicitar esta escucha, ayuda o acompañamiento.
Cuando se necesite y se cuente con la persona cómplice.
No se trata de comer la oreja. Ni de pasar un marrón a alguien eludiendo responsabilidades. Se trata de pedir ayuda y consejo a otra persona. De poner en común puntos de vista, conocer otras perspectivas distintas a la tuya. Hablar y escuchar al mismo tiempo.
Para momentos concretos. No desgastes el diván para conversaciones cotidianas y poco relevantes. Utiliza este espacio con conciencia y de forma sostenible, sólo para momentos verdaderamente delicados y conflictivos.
Aquí te pillo pero no te mato. Si te encuentras o cruzas con la persona a la que has elegido, se igualmente cuidadosa a la hora de pedir su disponibilidad para la conversación. Respétala. Hay personas que se pueden sentir intimidadas; otras pueden considerar que no van a ser capaces y otras muchas puede que tengan dificultades para decir que no.
¡Necesito hablar! ¿Alguien por ahí disponible para el Diván Afectuoso? Cuando dentro de un equipo o espacio de trabajo esté ya instaurado el uso de esta herramienta, este puede ser el grito de auxilio para sentarse en el diván. O quizás se puede dejar una notita colgada en el tablón, el muro o la pared que se determine. Aunque esta metodología sólo puede utilizarse en entornos laborales donde las personas se cuidan y se respetan, con una base de afecto bien establecida.
Cuanto antes mejor. Evita que las situaciones incómodas se alarguen más de lo necesario y utiliza el Diván Afectuoso tan pronto como sea posible, inmediatamente después del acontecimiento conflictivo. De esta manera te están garantizando ser plenamente consciente de los detalles y tener margen de maniobra para buscar soluciones.